<< Abraham respondió: -Hijo mío, Dios proveerá el cordero para el holocausto. Y continuaron caminando juntos.>>
Genesis 22:8
<<Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.>>
Juan 1:29
<<Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presas de ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por mis ovejas.>>
Juan 10:11
<<Entonces, en la visión, el Cordero estaba en pie sobre el monte Sion y con el ciento cuarenta y cuatro mil, que llevaban escrito en la frente el nombre de Él y el nombre de su Padre.>>
Apocalipsis 14:1
En la Eucaristía recibimos al Cordero de Dios, que da su vida voluntariamente como ofrenda de salvación. También, El Buen Pastor nos recibe, nos llama por nuestro nombre y nos busca como al corderito perdido. La Eucaristía encarna ambas realidades; el recibir y el ser recibidos. Comunión visualizada a través de la imagen del Cordero, que esta presente desde el principio hasta el fin de las Sagradas Escrituras.
Juana O`Reilly
Cordero de Dios. 2021
Acuarela sobre papel
35 x 25 cm