Representé como tema fundamental El Divino Corazón de Jesús en la Eucaristía siendo lo primordial en contemplación con la gloria eterna. Un Corazón palpitante, vivo, dador de amor. Un Corazón manso y humilde, a la luz de sus ojos, que hablan en silencio tengo sed de amor. Conquistador de la salvación de las almas. Dador de gracias y misericordia. Un corazón que ama y se brinda a los demás estableciendo lazos de encuentro y confianza. Un corazón que todo lo puede en el amor. Apasionado por las almas. En el color rosa representé la alegría de Dios de recibirlo y seamos como uno en comunión con todos los santos. Un Sagrado Corazón en la Eucaristía dador de luz capaz de encender corazónes. Amén.